A bordo del barco no circula dinero en efectivo; todas tus compras y gastos extra se acumularán en tu tarjeta magnética y las abonarás el último día.
Discapacitados: deben viajar acompañados y comunicar su situación al hacer la reserva.
Entre 70 y 150 cocineros cuidarán de que tus comidas a bordo sean todo un placer. Además, el barco cuenta con su propia panadería.
La asistencia médica no está incluida en el precio del pasaje y, en caso de necesitarla, deberás abonarla aparte.
No se admite ningún animal a bordo.
Si estás embarazada de más de 28 semanas necesitarás un certificado de tu médico que confirme que puedes viajar.
Te harán varias fotos de recuerdo a lo largo de la travesía. Las instantáneas se exponen en una galería central y no tienes obligación de comprarlas.
Última noche: debes dejar tu equipaje en la puerta del camarote. Lo recuperarás en el muelle al desembarcar.
Una vez en tierra es normal que tardes dos o tres días en sentir una estabilidad total; no te asustes si la cocina de tu casa o el ordenador “se mueven” un poquito...
Fuente:http://www.criticasdecruceros.com/
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